La obra de Omar Rodríguez-Graham es el resultado de una exploración continua para encontrar el punto de encuentro entre lo reconocible y lo abstracto. Su trabajo comienza con el uso de imágenes reconocibles de pinturas históricas del Renacimiento como armazón para colocar marcas.

En un proceso cuidadosamente planeado, Rodríguez-Graham modifica digitalmente estas pinturas históricas hasta convertirlas en una abstracción irreconocible. Estos bocetos digitales se traducen luego en pinturas reales de gran formato. Un cielo irregular, una insigne marcada, regalía colorida, extremidades y armas son los sustratos para una imagen reconsiderada.

Siguiendo el enfoque calculado de los pintores renacentistas, Rodríguez-Graham asigna metódicamente diferentes colores, texturas y técnicas a áreas específicas, construyendo lentamente cada plano. Incluso la forma y escala de los lienzos se consideran cuidadosamente. Mientras construye la pintura, Rodríguez-Graham da la bienvenida a momentos de improvisación, experimentando con diferentes formas de aplicar la pintura al óleo en cada pasaje de la imagen. Esta es su manera de comprimir y abordar varios momentos de la historia del arte.

Y sin embargo, al final, estas pinturas abstractas muy contemporáneas se sienten relacionadas con el Renacimiento. Son audaces y cargadas de vitalidad y emoción. Al abrir un diálogo con los grandes pintores de la historia, Rodríguez-Graham es un artista plenamente consciente de la progresión de la abstracción en los últimos setenta años.